Aquél en el que David ve a los vigilantes nocturnos trabajar...

Está durmiendo, aunque parezca un vampiro en su ataud!!!

Hago un alto en el camino en la serie de los buceadores para mostraros una cosa que me resultó, nos resultó a los que estábamos, muyyy chocante.

Singapur es una ciudad segura, muyyyy segura. Aquí puedes estar en absoultamente cualquier parte de la ciudad sin que te pase nada. Es más, puedes perder un iPhone (como le ocurrió a Sowako, una compañera) y que una hora después te dieras cuenta, deshicieras tus pasos y lo encontraras en el lugar donde se te cayó; y estamos hablando de lugares muy concurridos, como una Calle Larios de Málaga un sábado por la tarde.

La cosa es que el viernes fuimos a ver el partido de ténis de Nadal contra Murray y, para no ir cargando con los portátiles decidimos dejarlos en la oficina, para recogerlos al día siguiente. Cuando terminamos, como una de las chicas del grupo vive cerca decidimos acercarnos a recoger los portátiles. Serían las cuatro de la mañana.

Dada la hora, presupuse que habría un guardia (que de día siempre está) y que nos haría preguntas y tendríamos que enseñar acreditación, amén de que posiblemente el recinto estuviese cerrado, que el vigilante estuviese haciendo la ronda, etc... ¡¡¡vamos lo típico!!!

Pues bien, al llegar el recinto estaba cerrado, correcto. Lo que pasa es que estaba cerrado para los coches, pero había una entrada para personas... ¿Y el guardía...? Pues en la cabecera habéis visto una de las garitas... en la otra pudimos ver esto (el pobre tuvo que tumbarse en la mesa, porque la garita era muy chica y no cabía :-) ).

Este tiene que dormir en la mesa, porque no cabe en el suelo :-(